jueves, 25 de agosto de 2016

miércoles, 17 de agosto de 2016

Arenga de San Martín



lunes, 23 de junio de 2014

Literatura y fútbol (En revista electrónica "Libros en Red" 23/06/2014)

Ya estamos en plena fiebre mundialista, la que llega cada 4 años cuando el mayor certamen de fútbol opone, a lo largo de un mes y a lo ancho de un país, a las selecciones más habilidosas del planeta.

El fútbol, dicen los que saben, no es deporte cualquiera. Reúne en sí la gesta épica con la arbitrariedad del azar; el lucimiento de individualidades con el trabajo en equipo; la rivalidad incuestionada, la intensa comunión con desconocidos (al menos durante los 90 minutos en que juega nuestro equipo compartido) y la adhesión sin cuestionamientos, y casi sin razones lógicas, a los colores de un bando por sobre los de otros.

Tal vez sea todo esto lo que vuelve el fútbol tan buena materia literaria, como evidencian decenas de narraciones memorables en torno a este juego por parte de autores de lo más disímiles, como lo son los argentinos Alejandro Dolina, 
Osvaldo Soriano y Eduardo Sacheri, el inglés Nick Hornby, el uruguayo Eduardo Galeano, el mexicano Juan Villoro (con su Dios es redondo, por ejemplo) o el español Manuel Vázquez Montalbán (El delantero centro fue asesinado al amanecer).

Una buena explicación del hechizo que provoca del fútbol es la del español Javier Marías, quien decía que es "la recuperación semanal de la infancia". También, la definición del escritor argentino Rodolfo Braceli, en 
De fútbol somos: "El fútbol es una suma de poesía, ajedrez y misterio". 


Y, si no, contamos con la detallada enumeración de Roberto Fontanarrosa, presente en su antológico cuento "Viejo con árbol", donde sostiene que el fútbol está muy emparentado con el arte, porque posee la "danza" de los cuerpos, la "música" de los sonidos aparejados, la "teatralidad" de los gestos... y la pasión de las reacciones:

"—Mire usted nuestro arquero —efectivamente el viejo señaló a De León, que estudiaba el partido desde su arco, las manos en la cintura, todo un costado de la camiseta cubierto de tierra—. La continuidad de la nariz con la frente. La expansión pectoral. La curvatura de los muslos. La tensión en los dorsales —se quedó un momento en silencio, como para que el Soda apreciara aquello que él le mostraba—. Bueno... Eso, eso es la escultura... (...)

El contraste con el azul de Prusia de las camisetas rivales, el casi violeta cardenalicio que asume también ese azul por la transpiración, los vivos blancos como trazos alocados. Las manchas ágiles ocres, pardas y sepias y Siena de los mulos, vivaces, dignas de un Bacon. Entrecierre los ojos y aprécielo así... Bueno... Eso, eso es la pintura. 

—Observe, observe usted esa carrera intensa entre el delantero de ellos y el cuatro nuestro. El salto al unísono, el giro en el aire, la voltereta elástica, el braceo amplio en busca del equilibrio... Bueno... Eso, eso es la danza... 

—Y escuche usted, escuche usted... —lo acicateó el viejo (...)—... la percusión grave de la pelota cuando bota contra el piso, el chasquido de la suela de los botines sobre el césped, el fuelle quedo de la respiración agitada, el coro desparejo de los gritos, las órdenes, los alertas, los insultos de los muchachos y el pitazo agudo del referí... Bueno... Eso, eso es la música... 

—Y vea usted a ese delantero... (...) mesándose exageradamente los cabellos, distorsionando el rostro, bramando falsamente de dolor, reclamando histriónicamente justicia... Bueno... Eso, eso es el teatro.

(...) —¿Cobró penal? —abrió los ojos el viejo, incrédulo. Dio un paso al frente, metiéndose apenas en la cancha—. ¿Qué cobrás? —gritó después, desaforado—. ¿Qué cobrás, referí y la reputísima madre que te parió?

El Soda lo miró atónito. (...) —...¿Y eso? —se atrevió a preguntarle el Soda, señalándolo. —Y eso... —vaciló el viejo, tocándose levemente la gorra—...Eso es el fútbol". 

martes, 23 de abril de 2013

La importancia cultural del libro




El libro, lejos de ser un simple depósito de palabras, es el reflejo de un país cuyas raíces están insertas en una tradición cultural determinada. Por eso mismo, la celebración del Día Mundial del Libro es una excelente ocasión para reflexionar sobre el invalorable aporte del libro al patrimonio cultural de una nación que, para ser considerada como tal, necesita de una literatura que dé testimonio de su existencia en medio de la diversidad lingüística y cultural.
No es casual que el ex Director General de la Unesco, Sr. Koïchiro Matsuura, dijera en su mensaje: “El libro constituye un medio privilegiado para conocer los valores, los saberes, el sentido estético y el imaginario de la humanidad. Es un vector de creación, información y educación, en el que cada cultura puede imprimir sus rasgos esenciales y, al mismo tiempo, leer la identidad de otras. Ventana a la diversidad cultural y puente entre civilizaciones, el libro, más allá del tiempo y del espacio, es a la vez fuente de diálogo, instrumento de intercambio y semilla de desarrollo”.
La celebración del Día Mundial del Libro y del Derecho de Autor tiene, además del gustito en sí, la intención de recordarles a los gobernantes y gobernados que, a pesar del galopante desarrollo de la cibernética y las ediciones digitales, el libro impreso seguirá siendo instrumento sui géneris de expresión, educación, comunicación y reflexión crítica; una lección que deben aprender los responsables de las instituciones culturales del Estado, para ser más respetuosos con los autores -quienes merecen recibir una parte justa de los ingresos generados por sus libros- y evitar que las obras del acervo cultural sucumban en las brumas del olvido.

FUENTE: En BREVE HISTORIA DEL LIBRO: 23 de abril, Día Mundial del Libro. Texto de Víctor Montoya. (Fragmento)

http://www.bolpress.com/art.php?Cod=2013042302


Imagen:bibliotecacolsam.blogspot.com

martes, 12 de marzo de 2013

El Libro…ese otro cuerpo secuestrado POR: CARLOS CRUZ, EX PRESIDENTE DE EUDEBA Y ACTUAL PRESIDENTE DE LA ASOCIACIÓN DE ABOGADOS DE BUENOS AIRES. – 28 FEBRERO, 2013


Escenas del 26 de Febrero de 1977. El ministro de economía Martínez de Hoz se regocija, apoltronado en su sillón, por haber concretado uno de los instrumentos claves de su programa de destrucción del aparato productivo nacional; el dictado de la ley sobre entidades financieras (21.516). Mientras tanto, lejos de allí, Rodolfo Walsh va dando forma a la Carta abierta a la Junta, que piensa difundir cuando se cumpla el primer año del golpe cívico-militar. Durante el trayecto a la sede del rectorado, Luis Carlos Cabral repasa algunos de los cargos que obtuvo durante distintas dictaduras –su designación como juez penal, el nombramiento como miembro de la Corte Suprema y su asunción, el día anterior, como rector de la UBA– a la vez que evalúa la mejor forma de trasladar al ámbito educativo las políticas hegemónicas urdidas para armar un Poder judicial antidemocrático. Un oficial del ejército, conduce un grupo de hombres armados que irrumpen en el local de Eudeba (ubicado en Rivadavia y Montevideo) y con el beneplácito perverso de algún funcionario de la empresa, ante la impotencia de los empleados de la editorial, proceden al secuestro de libros previamente individualizados en una lista.